Hace dos días pude ver amanecer. Me escapé a hurtadillas del trabajo y me fui a disfrutar de esta espectacular forma de empezar un nuevo día. Fueron sólo cinco minutos pero el cielo cambió de colores e iluminó la mañana recién empezada con cálidos tonos rojizos en todas sus variedades. Un espectáculo de esos que te dejan muda, porque una imagen vale más que mil palabras.
No ha salido a nosotros, porque la verdad es que a esta gata viajar le gusta poco, pese a que la pobre no para. Ha desarrollado una intuición especial y cuando nos ve preparando maletas, disimuladamente, sin prisa, pero sin pausa, se va buscando un escondite, y allí se queda como quien no quiere la cosa y ni oye, ni ve, ni casi respira mientras la llamamos a gritos. Cuando por fin damos con su paradero, sale corriendo como una flecha y cuando al final la conseguimos coger empieza la serenata, miau, miau, miau, que parece que la estemos sometiendo a cualquier barbaridad, y todo porque Colás es muy casera, a ella que la dejen tranquilita, pero eso sí, no te vayas muchas horas que sino cuando vuelvas te monto un escándalo. Ni contigo ni sin ti. El caso es que este fin de semana Colás se ha ido fuera, al pueblo, a cambiar de aires, y por eso ha estado especialmente mimada, porque si la dejo me da pena y si me la llevo también por el sofocón de meterla en el coche con lo poco que le gusta, es una odisea y nos tiene amenizados todo el camino, que no sabíamos que sabía decir miau hasta que la enseñamos que hay más mundo que su manta y su trozo de sofá.
Los ángeles existen, y suelen aparecer en nuestras vidas cuando tenemos algún problema o alguna duda existencial. Se cruzan, nos sonríen, nos dicen algo que nos hace meditar y quizás centrarnos. Nos hacen tomar decisiones cuando no encontrábamos soluciones, o subir si hemos caído hasta el fondo, o simplemente, saben decir exactamente lo que necesitas escuchar. A veces, el ángel es un desconocido, un taxista, un viajero que se cruza en el camino e inicia una conversación, alguien que te regala una sonrisa que te alegra el día, un anciano que te pide ayuda porque no ve bien los precios en el super y después te da, generosamente, un consejo, que justo te hace entender que no te has cruzado con él por casualidad. Los niños son ángeles, y algunas personas que tenemos cerca, también. A veces no los vemos pero están ahí. Así que abrir bien los ojos y los oídos, estar atentos a su presencia porque en cualquier momento os podéis cruzar con uno y suelen ser escurridizos, cumplen su misión y después se van, pero siempre, antes de desaparecer, te dejan un buen sabor de boca, una señal, algo que nos hace entender que si, que los ángeles existen.
No me gustan las montañas rusas, pero tengo habilidad para montar en ellas así porque si. He pensado, he respirado, he relajado mi mente y he sacado la varita mágica. Borrón y cuenta nueva. Me he centrado y he puesto la balanza en equilibrio. Se me ha ido de golpe la rallada general. Así, que FIN.
Me lo han traído los reyes y me tiene emocionada. Un chivatazo(gracias de nuevo) y corriendo me puse a escribir la carta, y ya está en casa. Se lo recomiendo a todo el mundo, porque tiene unas fotos preciosas, porque tiene un contenido increíble y porque te hace abrir los ojos. A Colás le tiene enganchado, es un gato muy lector. 
La noticia corrió como la pólvora, de nuevo Purita Campos sacaba a la luz sus cómics, los de siempre, y lo que es mejor, nos ofrecía conocer que fue de Esther con "Las nuevas aventuras de Esther". No paré hasta encontrar el lugar donde comprar los libros, porque después de leerlos y releerlos durante parte de mi infancia y adolescencia, me mataba la curiosidad por saber qué sucedió al final, si se casó con quien soñaba, si tuvo hijos, si le fue bien...
No existe una palabra que siendo tan corta abarque más. Pienso que la indiferencia nos hace cómplices, por eso ayer acudí a apoyar la concentración que tuvo lugar en Castellón para pedir el alto el fuego en Gaza. Fue multitudinaria y además de pacífica se percibía la fuerza de los corazones cuando se unen en un mismo grito pidiendo la Paz. El domingo 11 tiene lugar una manifestación en Madrid para quien quiera acudir.
Es una mujer realmente especial, en todo el buen sentido de la palabra. Hay personas que conoces y son muy fáciles de querer, pues Angelina es una de esas personas. Yo creo que es un hada. El otro día me regaló una bufanda que tejió con sus propias manos durante algunas noches, es la que llevo puesta en la foto. y no sé como agradecerle lo bien que me ha acogido y todos sus detalles. Vive en el pueblo donde tenemos nuestra casita y suelo pasar muchos ratos con ella, charlando de todo un poco, de la vida y sus vueltas. Es muy graciosa y muy buena, sobre todo, sólo hay que mirarla para saberlo. El tiempo se pasa volando cuando la visito. Tiene unas manos para las plantas impresionantes, las cuida con mimo como todo lo que hace, en resumidas cuentas, esta mujer me ha llegado al corazón y porque se lo tiene más que merecido le dedico este post: "Angelina, espero una sonrisa amplia, porque como dice el anuncio, tú lo vales. ¡Ánimo!"
